martes, 6 de noviembre de 2018

El Principe de las Mareas
Fotograma de la película El Principe de las mareas

El príncipe de las mareas es la trasposición de la novela homónima de Pat Conroy, quien ha firmado el guion junto a Becky Johnson. Narra la historia de Tom Wingo (Nick Nolte), profesor de literatura y entrenador de fútbol americano que, en un momento de crisis vital y matrimonial, debe abandonar Carolina del Sur y viajar a Nueva York, ya que su hermana gemela, Savannah (Melinda Dillon), ha intentado suicidarse. Todo el metraje se basa en dos dualidades: pasado y presente, por un lado; y la vida sureña frente a la vida neoyorquina, por otro. Sobre esos dos ejes se va explorando la vida de la familia Wingo a través de sus componentes, y flota sobre ella una terrible ausencia, la del hermano mayor, Luke, muerto un par de años antes y al que nunca llegamos a conocer de adulto. Barbra Streisand, que se reserva el papel de una psiquiatra judía de Brooklyn, rubrica un melodrama prototípico que nos enseña a enfrentarnos a nuestro propio pasado con valentía y a aceptar los defectos y miserias de aquellos que nos rodean; solo así se consigue sobrevivir en el presente.

El príncipe de las mareas comienza con una voz en off que pertenece al propio Tom. Al mismo tiempo, se muestran las marismas de Carolina del Sur, lugar en el que pasó la infancia la familia Wingo. El pasado es fundamental en esta cinta, de ahí los numerosos flashbacks, fruto de las conversaciones de Tom con la doctora Lowenstein. La suya fue una infancia tormentosa, dominada por la relación violenta entre sus padres. La familia esconde, además, un terrible secreto oculto tras la palabra “Callanwolde”, que se resuelve en una escena durísima, muy poco habitual en el cine comercial, al menos en el momento de su estreno.

En cierto modo, la muerte del hermano mayor, ocurrida dos años antes, es el verdadero incidente desencadenante, el hecho que se encuentra en el origen remoto del intento de suicido de Savannah y de la depresión por la que está pasando Tom. Cuando Tom abandona el sur y va a Nueva York, inicia un camino de redención, de salvación, que solo va a ser posible gracias a la relación que establece con la doctora Lowenstein. Tom no es el único que se salva, ya que también se redimen su hermana e incluso su padre, Henry (Brad Sullivan), quien, a pesar de su carácter violento y despiadado, se ha convertido en un abuelo entrañable para sus nietas, las tres hijas de Tom. Al final, El príncipe de las mareas, como todo buen melodrama, ofrece una lectura en clave ética: es necesario aceptar el propio pasado y ser capaces de perdonar a quienes nos rodean, pero el perdón debe comenzar siempre por uno mismo.
Premios: Globo de Oro al Mejor Actor Dramático (Nick Nolte) y siete nominaciones a los Oscar: Mejor Película, Mejor Actor (Nick Nolte), Mejor Actriz Secundaria (Kate Nelligan), Mejor Dirección Artística, Mejor Fotografía, Mejor Banda Sonora y Mejor Guion Adaptado.
En mi opinión la película nos hace reflexionar sobre como los seres humanos borramos los recuerdos que no nos gustan. Me gusta el aspecto en que la película hacer reflexionar sobre lo que se considera bueno y malo y sobre lo que la infancia puede influir en nustra vida

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